cuando nadie os puede mirar?
¿Por qué os convertís en lo mismo
que tantos otros son ya?
¿Por qué salís del refugio profundo
que os protege del frío cortante,
y dejáis helarse al mundo,
pasivos ante desastre?
¿Por qué dejáis que los infelices
os inyecten ignorancia en sangre?
¿Por qué os reís de crueles chistes
que tanto os indignaron antes?
que tanto os indignaron antes?
¿Por qué cuando huyeron los otros
de la mirada de ideales imposibles,
y éstos se refugiaron en vuestros ojos,
también los evitásteis, impasibles?
¿Por qué ya no soñáis de día
y dejáis que el mundo descanse,
y escapáis de aquella utopía
que tanto tiempo anhelásteis?
¿Por qué vendísteis aquellas entradas
para el concierto de la sabiduría,
y dísteis vuestro tesoro a las arcas
de los bancos de botellas vacías?
de los bancos de botellas vacías?
¿Por qué han podido todos ellos
con vuestros ideales de felicidad?
¿Por qué ahora os reís de aquellos
que no comparten vuestra vanidad?
¿Por qué enriquecéis el poder injusto
de la banalidad que paraliza la vida,
y conducís la belleza del mundo
a un eterno callejón sin salida?
¿Por qué habéis sucumbido
a la pereza de la humanidad?
¿Por qué habéis renunciado
a vuestro derecho a la libertad?
¿Por qué os entregásteis resignados?
¿Por qué os habéis dejado llevar?
¿Por qué dejásteis que los dados
decidiesen las reglas del azar?
¿Por qué los niños de antaño
ahora quedan en el olvido?
¿Por qué os hicieron daño,
y vosotros os habéis rendido?
No necesito respuestas.
Nunca las habéis tenido.
Nunca las habéis tenido.
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