sábado, 21 de mayo de 2011

Nunca lo habéis sabido

¿Por qué sólo abrís vuestros libros
cuando nadie os puede mirar?
¿Por qué os convertís en lo mismo
que tantos otros son ya?

¿Por qué salís del refugio profundo
que os protege del frío cortante,
y dejáis helarse al mundo,
pasivos ante desastre?

¿Por qué dejáis que los infelices
os inyecten ignorancia en sangre?
¿Por qué os reís de crueles chistes
que tanto os indignaron antes?

¿Por qué cuando huyeron los otros
de la mirada de ideales imposibles,
y éstos se refugiaron en vuestros ojos,
también los evitásteis, impasibles?
¿Por qué ya no soñáis de día
y dejáis que el mundo descanse,
y escapáis de aquella utopía
que tanto tiempo anhelásteis?

¿Por qué vendísteis aquellas entradas
para el concierto de la sabiduría,
y dísteis vuestro tesoro a las arcas
de los bancos de botellas vacías?

¿Por qué han podido todos ellos
con vuestros ideales de felicidad?
¿Por qué ahora os reís de aquellos
que no comparten vuestra vanidad?

¿Por qué enriquecéis el poder injusto
de la banalidad que paraliza la vida,
y conducís la belleza del mundo
a un eterno callejón sin salida?

¿Por qué habéis sucumbido
a la pereza de la humanidad?
¿Por qué habéis renunciado
a vuestro derecho a la libertad?

¿Por qué os entregásteis resignados?
¿Por qué os habéis dejado llevar?
¿Por qué dejásteis que los dados
decidiesen las reglas del azar?

¿Por qué los niños de antaño
ahora quedan en el olvido?
¿Por qué os hicieron daño,
y vosotros os habéis rendido?

No necesito respuestas.
Nunca las habéis tenido.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Just a dream

I was waiting for that day
when the stars would shine again,
and everybody would pray
for everyone to be friends.

When our eyes could see the glories
that our hurries now keep hidden,
and our ears hear the stories
that our hands have never written.

When the sea would be bright blue,
like it used to be before,
when the love would be for sure
what it is not any more.

When the heaven would be small
for all the good hearts on Earth,
and we’d be able to cope with all
what we are since birth to death.

When the water would be clean,
and the rivers would stay cold,
for the fishes to live and swim
to the seas of another world.

When the people crying with strength
would only drop happy tears,
and the crying of all those men
would rise up new smart ideas.

When we could always dream
to feel our heart beating near.
When all those who still scream
would tell things that deaf could hear.

A path of just one way,
and no more nightmares to fear.
No more trips far away,
and a chance to be happy here.

And no more clocks for time to pass,
in the seconds of lives of vanity.
And no more talents to go apart
with a feeling of lost capacity.

Where people would always laugh
and there wouldn’t be sadness.
Where we could be always loved
with the best stories madness.

And that day when the sun would rise,
with the light that our happiness could bring,
the world could even have a bigger size
for the bigger hearts of human beings.

Wonderful.
What a pity it was a dream.

sábado, 7 de mayo de 2011

Soledad eterna

Pude ver la vergüenza en su rostro,
y oír su silencio con lástima.
Encontré soledad en sus ojos,
y en sus labios palabras de rabia.

Pude ver sus manos mojadas
de lágrimas de muchos llantos,
y notar sus piernas cansadas
por querer huir de otros tantos.

Sola por no tener falsos amigos,
ni buscarlos en bares de copas.
Por no huir de aquellos libros
que ignoraban tantas otras.

Sola porque buscaba verdades,
y no solamente mentiras ciertas,
porque vistió los trajes del amor
y nunca quiso vestidos de fiesta.

Pero sólo ella se vio en la Luna,
porque no buscaba espejos,
porque no quería estrellas cerca,
y sólo vio las que estaban lejos.

Y sólo ella vio el Sol de la mañana,
cuando iluminó su soledad,
pues las demás dormían cansadas,
de tantas horas de banalidad.

Y sólo ella navegó por historias,
y no por ríos de belleza artificial,
y sólo ella retuvo en su memoria,
la clave del pacto con la soledad.

Y fue la única que vivió su vida,
aunque contara granos de arena.
Y por eso yo supe aquel día,
que sus lágrimas merecían la pena.

Sus lágrimas de soledad eterna.

viernes, 6 de mayo de 2011

Una segunda oportunidad

¿Nacerán de nuevo esta primavera
las flores que pisaron nuestros pies,
y vendrán más noches de luna llena,
a llenar los ríos de plata otra vez?

¿Será el nuevo Sol el Sol aquél
que iluminó el llanto ignorado
de las nubes que vinieron ayer,
a llover las lágrimas del pasado?

¿Será la luz tardía del amanecer
que un día despertó el porvenir,
la que mañana volvamos a ver
alumbrando el camino a seguir?

¿Serán aquellas olas que al venir
mojaron la arena de los recuerdos,
las que ahora sequen los momentos
que inundan las aguas de abril?

¿Las hojas que cayeron al suelo
desde ramas de hondo desprecio,
crecerán otra vez hacia el cielo
a proteger a un mundo en silencio?

¿Será añoranza la tristeza que ayer
nos produjo el recuerdo de la nostalgia,
y esperanza la belleza que comprender
nunca nos permitió su magia?

¿Evitarán los designios de la buena suerte
los malignos errores de un mundo de azar,
para evitar que a la vida quite la muerte
la ilusión de una nueva oportunidad?

domingo, 1 de mayo de 2011

Esperando a Godot, tercer acto

VLADIMIR: ¿Qué? ¿Nos vamos?
ESTRAGÓN: Vamos.

(Se levantan y se van a buscar la cuerda. Anochece, y al poco tiempo, regresan con la cuerda, cuando ya es noche cerrada.)

VLADIMIR: Gogo, con esta cuerda tan corta no podemos ahorcarnos bien. Tenemos que ir a buscar una piedra para subirnos.
ESTRAGÓN: Vamos.

(Dejan la cuerda y se van. En ese momento llega Godot. Apenas distinguimos sus formas en la noche. Parece buscar a alguien, y al no encontrar a nadie, saca una carta de su bolsillo y la deja junto a la cuerda. Sale Godot, y entra en el escenario Pozzo, solo y dando tumbos.)

POZZO: Aaay… aaay. Ya ni siquiera puedo andar. Aaayy… Desde que me quedé ciego nada tiene sentido.

(Pozzo tropieza con la cuerda, y se cae.)

POZZO: Aaay, ni siquiera sé por dónde voy. Qué daño me he hecho.

(Pozzo coge la cuerda. Sigue andando, y tropieza con una piedra. Se cae junto al árbol del camino.)

POZZO: ¡Lucky! ¡Lucky! ¡Ayúdame!

(Lucky no aparece. Pozzo se sienta junto al árbol y, llorando, manosea la cuerda. Retrocede, coge la piedra, se sube en ella, ata la cuerda al árbol y se ahorca. Amanece y llegan Vladimir y Estragón con la piedra que fueron a buscar.)

VLADIMIR: ¡Gogo! Hay un hombre ahorcado.

(Se acercan hasta el cuerpo inmóvil de Pozzo).

ESTRAGÓN: Didi, mira el lado positivo, ahora tenemos una piedra para cada uno.
VLADIMIR: ¡Es Pozzo! Ha dejado una carta.

(Vladimir lee la carta y mira a Estragón con cara de asombro.)

ESTRAGÓN: ¿Qué dice?
VLADIMIR: Está firmada por Godot.
ESTRAGÓN: ¿No decías que era Pozzo? Didi, estás perdiendo facultades.
VLADIMIR: Gogo, ¿sabes lo que esto significa? ¡Godot ha estado aquí! Ha venido a buscarnos.
ESTRAGÓN: ¿A nosotros?
VLADIMIR: Tanto tiempo esperando y aparece justo cuando nos vamos… ¡Vayamos a buscarlo!
ESTRAGÓN: ¡Venga, vamos! ¿Dónde lo buscamos?
VLADIMIR: Aquí dice que está en aquel bosque, más allá del camino.

(Ambos levantan la cabeza al horizonte, lentamente, con cara de asombro.)

ESTRAGÓN: Didi, eso es peligroso… ¿Para qué queremos encontrar a Godot?
VLADIMIR: Siempre lo hemos buscado. Algo bueno tendrá.
ESTRAGÓN: Didi, tiene que ser una trampa para que vayamos al bosque.
VLADIMIR: ¿Por qué iba a serlo? ¿No te fías de Godot?
(Estragón se queda pensativo. Permanecen en silencio durante un rato.)

ESTRAGÓN: ¿Cómo sabes que es Godot? Si ese Godot bueno existiese, habría impedido que este hombre muriese.
VLADIMIR: Pero él quiso morir.
ESTRAGÓN: Didi, dices cosas demasiado difíciles.
VLADIMIR: ¡Es verdad! ¡Vayamos a buscar a Godot! Quizá el camino sea difícil, pero merecerá la pena encontrarlo, ¿no?

(Estragón lo mira extrañado.)

ESTRAGÓN: Didi, yo de aquí no pienso moverme.
VLADIMIR: Pues yo me voy.
ESTRAGÓN: Vale.
VLADIMIR: ¡Cómo me voy a ir yo solo!

(Vladimir mueve los brazos airado)

ESTRAGÓN: Pues no te vayas.
VLADIMIR: Sí, me iré sin ti.
ESTRAGÓN: Vale.
VLADIMIR: ¡Tú sigue diciendo vale, Gogo!
ESTARGÓN: Mmmm, vale.

(Vladimir se aleja contrariado. Estragón queda extrañado en el mismo lugar, sin comprender el enfado de Vladimir.)

ESTRAGÓN: Ehhh… ¿Didi?
VLADIMIR: ¡No me hables!
ESTRAGÓN: Mmmm, vale.

(Permanecen en silencio. Después de un rato, Vladimir se da la vuelta indignado, y mira fijamente a Estragón.)

VLADIMIR: ¿Así vas a solucionar las cosas? ¿Sin hablar?
ESTRAGÓN: Didi, me has dicho que no hablase.
VLADIMIR: Es verdad. Habla.
ESTRAGÓN: ¿Y qué digo?
VLADIMIR: ¿No querías hablar?
ESTRAGÓN: Sí. ¿Ya puedo?
VLADIMIR: ¡Sí! ¡Habla!
ESTRAGÓN: ¿Y qué digo?
VLADIMIR: Nada, déjalo.

(Permanecen en silencio un rato. Parecen haber olvidado a Pozzo y a Godot, y haber retomado la rutina que los caracteriza.)

VLADIMIR: ¿Qué quieres que hagamos ahora?
ESTRAGÓN: No sé.
VLADIMIR: ¿Pero tú sabes algo?
ESTRAGÓN: No sé.
VLADIMIR: Yo sigo pensando que deberíamos ir a buscar a Godot.
ESTRAGÓN: ¿Y por qué no vamos?
VLADIMIR: Porque tú dijiste que no querías ir.
ESTRAGÓN: Es verdad.

(Callan de nuevo.)

VLADIMIR: ¿A quién piensas esperar?
ESTRAGÓN: ¿Vendrá otra vez Godot?
VLADIMIR: No lo sé.
ESTRAGÓN (Profundamente aliviado): ¡Menos mal!

(Vladimir lo mira perplejo.)

VLADIMIR: ¿Menos mal qué?
ESTRAGÓN: Que no lo sabes todo. ¿Sabes qué?
VLADIMIR: No.
ESTRAGÓN: ¡Menos mal!
VLADIMIR: ¿Qué?
ESTRAGÓN: Digo que menos mal que no lo sabes.
VLADIMIR: ¿Qué no sé el qué?
ESTRAGÓN: No lo sé yo tampoco.

(Vladimir menea la cabeza en un signo de compasión.)

VLADIMIR: Gogo, ¿te das cuenta de que no hemos ido a buscar a Godot, cuando llevábamos toda la vida esperándolo?
ESTRAGÓN: Creo que sí.
VLADIMIR: Hemos desaprovechado nuestra oportunidad.
ESTRAGÓN: ¿Pero al final existe o no?
VLADIMIR: ¡Pues claro! Si dejó la carta.
ESTRAGÓN: Pero… (Estragón muestra un gesto de lucidez, seguido por otro de satisfacción)
Podría ser una carta falsa.
VLADIMIR: Es verdad.
ESTRAGÓN: Ya lo sé.
VLADIMIR: ¿Qué sabes?
ESTRAGÓN: Que es verdad. Yo no miento.

(Silencio.)

VLADIMIR: ¿Qué vamos a hacer ahora?
ESTRAGÓN: No sé.
VLADIMIR: Íbamos a ahorcarnos. Por eso fuimos a buscar una piedra, ¿recuerdas?
ESTRAGÓN: Sí, pero ahora tenemos dos piedras.
VLADIMIR: ¿Y cuál es el problema?
ESTRAGÓN: ¿Cómo las repartimos?
VLADIMIR: No había pensado en eso.

(Ambos miran las piedras con un gesto de preocupación.)

ESTRAGÓN: ¿Qué hacemos con Pozzo?
VLADIMIR: No sé qué quieres hacer ya con él.
ESTRAGÓN: Hombre, Didi, no vamos a quitarle la piedra, ¿no?
VLADIMIR: Pero si está muerto, Gogo.
ESTRAGÓN: ¿Se puede robar a los muertos?
VLADIMIR: Pues la verdad es que no lo había pensado.

(Silencio.)

ESTRAGÓN: Didi, ¿has visto que él nos quitó la cuerda?
VLADIMIR: Es verdad.
ESTRAGÓN: ¡No tenemos cuerda!
VLADIMIR: ¿Para qué quieres una cuerda?
ESTRAGÓN: Ah, pues no sé.

(Ambos intentan recordar.)

VLADIMIR: ¡Ya sé! Porque nos íbamos a ahorcar.
ESTRAGÓN: ¿Por qué?
VLADIMIR: No sé.
ESTRAGÓN: ¡Ya lo tengo!
VLADIMIR: ¿Qué tienes?
ESTRAGÓN: ¿Yo? Yo no tengo nada, Didi.
VLADIMIR: ¿Entonces qué dices?
ESTRAGÓN: Digo que ya sé lo que debemos hacer ahora.
VLADIMIR: ¿Qué?
ESTRAGÓN: ¡Ir a buscar una piedra!
VLADIMIR: ¿Para qué quieres una piedra?
ESTRAGÓN: Para no robársela a Pozzo, ¿no?
VLADIMIR: Es verdad. Vamos, Gogo.
ESTRAGÓN: Venga, vamos.

(No se mueven.)