Canciones mudas, apariencias falsas,
tormentas en mares de aguas en calma.
Rostros que mueren, sonrisas que cambian
y dejan cristales rotos en lágrimas.
Ojos que miran y roban miradas,
como luces que conquistan las almas
cautivas en jaulas de amor y celos.
Deseos que consume la nostalgia.
Deseo y magia en crepúsculos de suerte
que vemos pasar desde la ventana
del tren que nos lleva, rumbo a la muerte.
Momentos que nos dejan sin palabras
y duelos en los que no existen armas,
pues no tiene el corazón las espadas
que en este mundo ganan las batallas.
Efímera flor, fragancia malvada,
sublime joya de perlas doradas,
de olas que tan pocas orillas bañan,
de aguas que tan pocas gargantas sacian.
Rosas, efímeras flores de otoño
que las tormentas de invierno alcanzan,
en el tren de anhelos y sueños locos
de los que, sin voz, al recuerdo cantan.
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